Cadáveres urbanos en venta
gran mercado de corazones y de sexo,en ocasiones también de cerebros.
Música psiquiátrica
en este carnaval siniestro,
disfrazados de objetos
bailan jóvenes anónimos.
Y yo que me prometí no pensar,
disfrazarme también,
me encuentro derritiendo el gin tonic
con el gesto torcido.
Menos mal que tú entiendes mi no-lenguaje,
menos mal que tú tampoco te sientes objeto,
menos mal que no se nos hizo de día
porque odio ver el despertar de la vergüenza
y sentirme cómplice de sus heridas.