no me doy por vencido, y sigo, y juego
lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.
Si sale amor, la primavera avanza.'
(Ángel González).
Y cabe en una gota de agua
que choca contra cualquier paraguas,
seguramente un paraguas naranja,
seguramente no se dará cuenta del choque quien lo lleve.
Y cabe en una mirada,
en una pupila que examina los rincones
más idóneos de la luz
para sacar una fotografía
y en la luz,
cabe en la luz
en esa pequeña franja que entra por tu ventana
y despierta tu cuerpo.
Y cabe también en mi latido,
en ese ruido hueco
que desde hace años
es el romanticismo.
Porque es minúscula
cabe entre mis dedos,
entre mis tatuajes y la piel
entre los deseos y su origen
porque su origen cabe en ti
en tu azul de luna en el agua.
Y qué victoria para uno
darse cuenta de que lo que creía un defecto
es en realidad una virtud
y es que mi esperanza es pequeña
tanto que antes la creía inexistente
pero ahora sé que cabe en tantos rincones
que estoy recuperando las ganas
de medir la distancia entre:
sueño y realidad,
poesía y certeza,
entre los dos
entre los pasos que separan nuestros portales,
entre los dos,
¿cabe en los centímetros
que dejamos entre los dos?.