"Aprender la levedad del pájaro."

domingo, 28 de abril de 2013

Felicidad inesperada de un encierro en casa.

Pasear por todas las avenidas de la música que me gusta
hasta encontrar un ritmo nuevo,
una canción nueva que emocione provocando una inesperada sonrisa
unas palabras que salten por toda mi casa
bailando sus notas.

Pasar las horas buscando,
perderme en el laberinto de rap y jazz
y agradecer que no tenga salida
es un placer que sólo puede ofrecerme un domingo
de lluvia y frío.

sábado, 27 de abril de 2013

Balada triste de domingo.

Y al despertar el sol no sabe cómo refugiarse de la lluvia,
en mi garganta el sabor amargo del frío
que anoche me acompañó a casa
se mezcla con el sabor dulce
del vaso que me alejó de las dudas
y despejó con un eléctrico espasmo el miedo.

Al caminar las calles siempre se distraen
observando mis pensamientos
y odiando la falta de música
que me mantiene un poco más alejado
de mí
si se puede.

Al ver llover no sé si quiero bailar
o caer de rodillas y herirme las manos,
acostarme humillado
deseando el sueño
como la última voluntad de un condenado a muerte.

Pero si el ritmo es grave
mi corazón sabe latir
y crear al menos una sonrisa
a medias,
como mi voz
o mi esperanza,
pendiente de que mis pasos
sepan de una vez
hacia dónde van.



domingo, 14 de abril de 2013

Aquí bebemos como si lo fueran a prohibir.

Un trago por cada beso que no doy
una mirada al fondo del vaso
por cada palabra que no digo,
perder el ritmo
tropezar en la calle
sonreír sin motivo
cruzarme contigo
sin reconocerte.

Para olvidarme del lunes y del martes
empiezo por el miércoles
a cobrar la deuda que me debe el aburrimiento,
a joder mi cuerpo y mente
por las veces que me han jodido.

Para no pensar
en todas las miradas que secuestro
sin pedir rescate,
para no rendirme
para aliviar la angustia de conocerme.

Con el corazón en obras
y el bolsillo a cero
vuelvo a casa
pensando que tendría que haberte hablado esa mañana,
mierda.