"Aprender la levedad del pájaro."

viernes, 30 de septiembre de 2011

Gracias.

Y es que tu mirada, a veces me cuenta un cuento, otras recita una poesía y otras simplemente se queda fija en mi, en silencio, esperando, si le sonrío me sonríe como un espejo y entonces entiendo a las salamandras kamikazes de mi espalda. Tu mirada, como un mar en donde verse reflejado y sentir una paz interior indescriptible. Un oasis, un paraíso de los más recónditos, de los menos habitados por el humano sí por el poeta, por la música, el arte. Y siempre, siempre que no puedo aguantarme más bajo a tus labios que sonríen, que siguen teniendo ese brillo de niña, de sueño, que son otro paraíso que acariciar con las manos o los labios, que lentamente y fruto del abrazo nos fugamos juntos a esa playa, a ese sol que puede arder en las mañanas de invierno.

jueves, 29 de septiembre de 2011

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Si cuando mejor estoy, cuando ni siquiera estoy borracho, leo y escucho como desde la puerta haciendo el mayor ruido posible entran mis demonios y me quitan mis páginas, nublan cualquier idea, se ríen, me tiran del pelo, desordenan cualquier calma de mi cabeza y sin darle importancia a nada de lo que han hecho se van, sin más. Y yo. Medio dormido o lleno de rabia, sólo espero que la frecuencia de sus visitas varíe y que por fin pueda pensar con lucidez y espantar ya la tormenta que impide a mis pájaros volar.

Travesuras de la niña mala.

Kamikaze.
Estoy solo pero lleno
como el cenicero del estudio.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

martes, 27 de septiembre de 2011

Cuando empezaron a desaparecer.

Y ahora siento la ausencia de los que por un tiempo fueron mis hermanos y hermanas, compartimos llantos, risas, angustias, compartimos tanto y ahora, por mucho que afine el oído, por mucho que alce mi voz no escucho más que el silencio, que la soledad de mi casa incluso ya sin cortinas, sin imágenes de su rostros que antaño me dijeron tanto, quiero pararme a saludarlos, charlar un rato, tomar café, quiero escuchar sus voces, sus latidos entre mis sueños, sus precoces bienvenidas, su amabilidad. Quiero sentir que no estamos lejos, que no existen fronteras ni tiempo, quiero llamarlos, abrirles las puertas de mi casa y que entren uno a uno, quiero escuchar todas las historias que desconozco desde que se fueron, quiero mirarles a los ojos con el frío en el cuerpo y reír y que por un momento, de nuevo, entre los delirios de sidra y lluvia, sienta que la libertad se halla donde ellos posaron su mano, en el mismo rincón de mi cuerpo que ellos rozaron.

Libros Libres.

Cuando termino un libro
siempre se da un silencio de velatorio
y también un grito de recién nacido,
cuando sin necesidad de luto
descifro con mis manos
una nueva portada.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Anna.

Amor los pájaros no caen
porque tu suspires
sino porque baten sus alas
cuando el viento de tu risa los empuja.

Vete lejos, pero no te sueltes (NUNCA) de mi mano.

Pero ella que no sabía mi nombre,
conocía mi mirada,
cómo reía
o cómo me amargaba el día un pensamiento,
antes incluso de besarnos,
nos habíamos rozado las manos en un descuido
en un descuido
habíamos creado un canal entre nuestros labios
que se hablaban palabras ajenas
con mensajes en clave
sin saberlo
ya nos amábamos
en silencio y eso es lo que yo necesito
a ella
a sus silencios
su mirada
sus soledades
sus abrazos
incluso su llanto
nada puede igualarlo
incluso mis sentidos se han acomodado a su cuerpo.

Si sigues aquí en mi círculo de fuego azul, "¡living is beautiful!"

Gritos.

Cuánto más silencio
más se escuchan,
me asedian,
el paso de los días
me muestra sus miserias.

NO HAY ESTRIBILLO

Como el que suelta versos.


Yo y mi soledad paseamos por la calle de la mano
en este jodido mundo de humanos
yo quiero ser pájaro, árbol, nube, gota de agua
lo que sea para despistarlos y huir
de este sin vivir que es a veces la vida
tan podrida que ni los gusanos la pueden herir
¡A la mierda!

domingo, 25 de septiembre de 2011

ANARQUÍA EN EL CELOFÁN

Yo soy aquel niño que jugaba con sus sueños y no con sus juguetes.

While my guitar.

George tenía la voz de mi tinta, de mis páginas, los acordes de cada una de mis palabras, las palabras de mi corazón mudo.

No sé vivir.

Es esa mirada, la que mi espejo me escupe, una mirada de incomprensión, de vacío, de soledad, una mirada turbia, sucia, basta, cruel. Una mirada y un gesto que juzgan su reflejo, una mirada que en blanco y negro expone la ausencia de verdad, la ausencia de sentimientos y el problema. Una mirada a la que temo, una mirada que suelo ver, de vez en cuando, cuando algo descompone mi alma.
Y si esto es lo que me espera, qué importa, que caigan estrellas del cielo como lo hacen las lágrimas de mis ojos. Que el universo se estrelle contra nosotros en un baile de luces, cruel. Y que el grito ahogado del cielo nos sirva de ayuda.

Abrir los ojos fuerte, más fuerte.

Sólo que hoy no saldré a pasear
no soñaré sueños sino vacío
no querré ser, ni querré mirar
a nadie con mis ojos de preso confundido.
La hora más turbia
el refugio más amargo
si alguien me ofrece un cigarro
que sea sin miradas y bajo la lluvia.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Divideyvencerás

Con cada paso nos estamos separando, nos decimos adiós con las manos, da igual que puño sea si el derecho o el izquierdo.

martes, 20 de septiembre de 2011

.Hastaquedarteasolas.

Voy dejando pedacitos de mi sobre esa barra de madera, incluyo mis lágrimas en su agua, mis caricias en los sobres de azucar, mis soledades en los cafés más amargos, mi amargura en los tés más calientes. Todo, todo se queda ahí, incluso mi sombra que no me sigue cuando vuelvo a casa.

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Cerrar los ojos y rendirme a la música
una vez más.

Infartos del alma.

Rodeado de sombras sentí la angustia, el vacío del extranjero. Todos, andaban en círculos y yo sólo quería parar, ordenarme pero ni mis manos ni mi cuerpo respondieron. Entonces nacieron las palabras de Borges ante mis ojos y por un segundo pude escapar. Luego todo siguió igual. Y yo sólo quería huir.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Los pájaros ayer me contaron un cuento, sólo fue una sensación pero de su pico sentí la voz de Cortázar.

Para pasar mis largas tardes de invierno.

Recomiendo el humo de mil cigarros. Un paseo bajo la lluvia suave. Un café. Una hoguera. Una imagen. Fotografías. La arena mojada y gris. El cielo turbio. El sol transparente, casi lunar. Recomiendo también conocer a una persona que te cambiará la vida, confiar a su sonrisa todos tus secretos. Ver como el amarillo, evoluciona en naranja, en perla, negativo de fotografía, en todo.

Ver como donde hace años había asfalto. Ayer nació una flor, arropada por un poco de hierba. Que la vida siempre te sorprenda y que las palabras siempre sean el equipaje necesario para solventar un drama. Ojalá pasemos este invierno tomando café, viendo la lluvia caer afuera. Ojalá lo pase abrazado a ti. Aunque sólo sea una vez me dure el abrigo de tu cuerpo hasta el comienzo de la primavera.

Arte.Amor.Y café.

Como la mezcla de colores de un pintor, siempre nueva, olvidando todo su pasado, abriendo su mente a la inspiración. Como medir los trazos, dibujar en tu mente los personajes, dejar que de los labios broten las palabras que protejan su significado. Como tener la sensación de que en ese instante el arte te eligió a ti. Es la sensación de ver como cruzo mi mirada con la tuya. De que sonríes al verme como si te sorprendiese pero ya me conoces. Como si el amor, como el arte y  la inspiración, siempre nos pillase desprevenidos.

Nostalgia de tu arena.

Caminar desde la arena al mar contigo, es un sueño. Ese camino de arena hirviendo que he hecho tantas veces, es un sueño. Aunque siempre sean los mismos granos, el mismo sol, la misma falta de sombra, el mismo agua turbia y sucia, las mismas nubes infinitas, todo, igual que cuando era un niño, todo, igual que siempre. Pero. Contigo, todo cambia. Toco tu mano, la abrazo con la mía y siento tus pasos a mi lado, caminamos hasta que la espuma del mar nos moja los dedos y entonces nos reímos. Menuda tontería. Miramos juntos al infinito. Ojalá no se pudieran ver los edificios. Pienso y te miro. Sabiendo que tú ya me miras y el ritual llega a su fin, nos helamos un poco, tú ríes y yo tiemblo. El mar se alza ante nosotros como un telón infinito donde regalarnos infinitas caricias, besos, abrazos, donde sentir que terminan las fronteras. Y entonces cambiamos de mundo. Y entonces somos el pájaro, el pez, el arbol, la flor. Y dejamos que el hecho de meternos al agua sea lo más especial del día, como si nunca hubiese existido el mar, la arena y en realidad, nunca existió contigo.
Hay cajas llenas de nostalgia en mi habitación que no puedo abrir.


Sus ojos, su mirada, últimamente nunca puedo sostenerla, no en ese breve periodo de tiempo pues es demasiado-poco-y-no-lo-aguanto. Yo quisiera despertarme cada día entre su sonrisa, cuerpo y sábanas y sentirme aire o agua, sintiendo que existir es algo más que caminar y sonreír cuando no tienes ganas. Si no hacerlo sin darte cuenta. Yo quisiera hablarle en cualquier momento, a cualquier hora, de todas las ideas que me vienen a la cabeza y que se van porque sé que ella las guardaría con el cariño que se merecen, arropándolas en su mente y sonriendo ante su presencia. Yo quisiera. Quisiera. Y ojalá la vida me brinde esa oportunidad algún día pues hoy en día es lo único que pido para llenar este vacío. Al menos. Me quedan los cafés, las miradas, caricias por sorpresa, abrazo y besos. Al menos. Y aunque el día sea nada y aunque las nubes se llenen de agua ella, siempre queda su sonrisa, su gesto y siempre me queda alma y palabras para describir lo que siento por su existencia aunque ya lo haya dicho de mil formas y en miles de momentos.

Bendita locura (la nuestra)

Prefiero una mujer que esté loca y no cuerda porque las cuerdas atan.

Y que Gil solo, caminar bajo la lluvia, solo, siempre es bueno saber quien te acompañaría.

Yo me fumo mis mañanas.

El sudor, los movimientos bruscos que hacen que las letras de mi libro se mezclen y cambie completamente la historia original, por ejemplo, en un poema sobre amor las letras pueden confundirse y crear un nuevo significado orientado hacia el odio, sucesos extraños por la brusquedad de las ruedas del autobús. Yo me fumo mis mañanas, yo amargo mis pulmones, con los ojos todavía atrapados en legañas me abro al mundo y el mundo me recibe con sus calles abiertas y su sol de septiembre, el viento de las sombras a veces como un oasis. Despierto y me invade la sensación del todo, de los caminos posibles y los paseos interesantes arropado siempre por la música. Tú quédate dentro del sueño, si quieres, yo abro mis pulmones al humo y mis ojos a la tinta, me despierta el día una sensación de renacimiento con las primeras luces.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Sacar la basura.

Y me quedé ahí parado, sintiendo como se consumía mi cigarro y mi tiempo se quedaba atrapado en la red de estrellas. "Ojalá la vida fuera esto". Pensé, entonces el cigarro me quemó el labio y lo tiré al suelo.

V.

Sostenía entre sus brazos el libro de los abrazos y no pude contener mi risa. Íbamos en el autobús, yo miré al techo y ella me miró a mi, no dejó de mirarme hasta que yo asumí la valentía adecuada al momento y la miré a los ojos. Su mirada me preguntaba por qué. Mi sonrisa le explicaba el chiste. Entonces ella también rió y una mujer que iba sentada a su lado se levantó indignada, creería que nos reíamos de ella, supusimos ambos y nos quedamos callados, cada uno inmerso en sus pensamientos que al final no fueron más que el mismo pues los dos nos invitamos a un café casi a la vez. Entonces ella soltó el libro y me abrazo a mi, tras un sin fin de confidencias y trivialidades, después de dos tazas y una copa de vino. Entonces yo solté el mío que hasta hace unas horas me hablaba de ausencias pero la realidad siempre ganó el pulso. Corazón. Y la lluvia nos mojó las intenciones y de nuevo reímos, borrachos, ebrios, qué importa. Reímos. Felices. Y bailamos un tango en honor a los autores de los libros que nos juntaron.

Silba Mario un tango, Silba Julio un jazz.

De cristal mis manos, en ellas, las gotas de agua crean caminos nuevos, siempre bordeando algún lunar o hundiendo aún más alguna línea de mi identidad, secretas las caricias que rozaron mis manos hace años, en cualquier lugar, nunca miré la hora pero sí me entretuve en exprimir la sensación y el sentimiento adecuados. El agua como en un cristal deja un rastro, un rastro que limpia cicatrices, heridas, crecimiento y amor, quita la suciedad que impide que estas escriban o que sientan de verdad el tacto limpio. Como mi mente rota en quizases que ahora ha decidido dejarse hacer por el momento, disfrutar de las alas en los pájaros de mi mirada, soñar con la luna, puerto siempre, nunca hundir sus velas. El agua que corre entre mis manos y por un segundo forma un río. El agua que corre afuera, las nubecitas negras que nos asustan con lluvia próxima, los libros donde me refugio como si fuesen paraguas, de realidades y realidades, asquerosa suciedad de las calles por culpa de las mentiras políticas. El tiritar de los cuerpos bajo este baile de agua insomne.

Neptuno.Es.Tu.Dios.

De las nubes de mi cabeza llueven sueños y en ellas, duermen pájaros. En mi pequeño universo me siento de verdad humano. Mezclando palabras y gestos.
Y aún con el corazón lleno de telarañas sabrá sonreír cuando el momento lo exija.

sábado, 17 de septiembre de 2011

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Ahora la noche nos mira con vergüenza, su luz ha puesto el telón para que la mediocridad ceda al delirio.

Comounalunaenelagua.

Mira, mis ojos, son tan sólo la ventana donde los pájaros de tu mirada se posan y dejan en paz sus alas.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Incluso cuando me haces daño me ayudas más que el resto.
Vomité palabras y recuerdos, me convertí en un cuerpo a merced de los grados de alcohol, de los chupitos consumidos, de los vasos de cerveza y de las copas de vino. Me caí sobre la barra y luego aterricé en un suelo lleno de polvo, sonaba jazz, todos reían y el camarero se apresuró a ayudarme. No dijo nada, me recogió y me llevó a la puerta, me apoyó en una columna y puso uno de esos cigarros aliñados que tanto ayudan de vez en cuando en mi boca, lo encendió, yo ni siquiera podía abrir los ojos pero exhalé de una vez todo ese humo, la primera calada me dejó vacío. Entonces escupí algunas gotas más, un poco de bilis y sin soltar aquel cigarro de mi boca me levanté, miré al camarero y le dí las gracias. Tres, cuatro, cinco caladas y lo aplasté contra el suelo. Luego volví a entrar, la cafetería había cambiado de aspecto, ahora todos estaban serios, preocupados como si estuviesen viendo una aparición, yo me moví torpemente hasta la barra y cuando alcancé mi taburete me volví a sentar, el camarero me miró a los ojos y dijo "¿un café?", "no," dije yo "una copa de vino por favor".

Otoño.

Y me besó con  sus labios de humo. Me acarició con sus manos grises y se abrazó a mi con su torbellino de sentimientos ardiendo. Y yo ardí. Entre las cenizas todavía late un corazón ensuciado con el polvo de otro tiempo.

PROTEGEME DEL RESTO

Refugiado siempre en esa butaca con los codos apoyados en la barra, ojeando un libro o cualquier diario que exhiba crueldades ante sus ojos vacíos. O sobre esa silla de metal, incómoda y agradable, con los brazos sobre la mesa fría, ojeando sus manos, buscando algún detalle que aún no conozca de sí mismo para justificar ese estado. Siempre con un café, un té o una copa de vino. Siempre una sombra que habita en el Itaca,

jueves, 15 de septiembre de 2011

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Me gusta la letra de mi abuelo, me gustan todos los cuadernos en los que está escribiendo su historia, esas páginas amarillentas como su pasado, difíciles de descifrar y llenas de flechas y fechas y tristezas. Me gusta su silueta, su piel dura, la forma de su voz.

A el no le gustan mis ojos grises, mi mirada vacía, mi gesto triste, mis lecturas de evasión. No le gustan mis silencios ni tampoco mis palabras porque sabe, su mirada que es muy lista, que entre ellas se esconden unas cuántas más.

A ambos nos gusta el cielo desde esta ventana, el aire seco y tranquilo que se respira en una silla de afuera, el agua de la piscina limpia e impecable reflejando el sol sobre nuestros cuerpos, los árboles tan altos, las naranjas.

Gris.

Como si Septiembre no fuese más que una pesadilla.

Escucho el silencio de lo que un día fueron tus pasos.

Rostro de actriz.

Su mirada es ..
esos ojos son,
paraíso.

Quien pudiera abandonar el mundo, buscar una salida de emergencia y huír de todo lo que acaba envejeciendo el alma, lo que acaba ensuciando el corazón y tiñiendo de gris los ojos y las esperanzas de cada uno. Quien pudiera inventar otro, con la mirada como Doll y vivir soñando, soñar que vivir no es más que un tránsito frágil, una pausa en la que no vale crecer ni volar, tan solo vale estar, estático moviendo con los hilos tu personaje tan bien diseñado. Ahora quiero, escaparme, inventar otra causa, otro pasillo que nos sirva de oasis, paraíso a través de tu mirada y lenguaje a través de tus manos. Ahora quiero. Que no te sueltes de mi abrazo. Que no deshagas tu gesto de actríz. Por favor. Que si no me espera inexistencia, vacío.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Y a mi qué coño me importa el mundo si tú no estás en él, lo mismo pasa con los lugares, canciones y libros que habito. No eres cualquier pensamiento, revolucionas mis sentidos así como sentimientos y desordenas todo mi interior. Pero es un desorden hermoso. Un caos en el que me encanta existir. Y si en ese caos no está tu mirada, qué coño me importa la existencia o el vacío de mis cuencas al andar.

Ojalá.

Y oigo su nombre p-a-u-l-a en mi respiración, cuando en la inmensidad del aire se queda un pequeño hilo de mi voz.

sábado, 10 de septiembre de 2011

TÚ.

Dejaste las paredes de mi casa llenas de arena de la playa, todos los grifos escupían entonces agua salada. Y en el mar. Dos cuerpo a la deriva quisieron conocerse sin más sombra que la de la luna. Y tú. Todavía ese cielo te nombra en una constelación.Y tú. Aún sueño con que ese autobús, ese avión te lleve y vengas, me cojas de la mano y de nuevo, de nuevo escapemos al infinito del mar dormido.

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Y que el snow siga siendo ese gran reto.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Las 7 de la tarde.

Quise tirar al suelo su reloj y pisotearlo. Congelar su rostro. Su gesto dulce.  Nunca la muerte del sol fue tan hermosa, los rayos del sol dejaban ver los rincones menos habitados de su piel y todo su universo de lunares que ardían a las 7 de la tarde. Quise detenerla, mi boca dibujaba palabras que mi voz no sabía descifrar y me quedé callado. En silencio. Mirándola. Deseando que por una vez, sólo por una vez no llegase el autobús, que el mundo se quedara en silencio a las 7 de la tarde y yo con ella, respirando aquella luz, entre sábanas, bebiéndonos los labios a sorbos de café."Por favor no te vayas". "No hay mañana". Y si hubiera sonreído. Y si todo mi mundo. Todo mi UNIVERSO se hubiese paralizado para nosotros dos.

Pero los corazones no saben de tiempo, las agujas del reloj no conocen los misterios de sus sístoles y diástoles, sus teamos y sus verdades. Pero volverá, el tiempo correrá entonces hasta que de nuevo ella.

TRISTE REALIDAD

En Murcia hay más casinos que teatros.

Pero me ayuda ver que una niña pequeña aprecia un grafitti.

martes, 6 de septiembre de 2011

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Hay una puerta en mi casa que nadie ha abierto nunca. De niño por miedo a lo desconocido, a los monstruos y pesadillas que imaginaba en su interior. Ahora por costumbre, siempre estuvo cerrada y a veces dejar la curiosidad sin resolver es más excitante. Aunque. A veces siento la llamada de ese cerrojo, de su piel de madera ciega sin ningún agujero al que acercar la mirada para descubrir. Hay cientos y cientos de posibilidades. Un inventario de recuerdos antiguos y con suerte incluso una máquina de escribir. Una librería de viejos libros amarillentos llenos de polvo. Una bici. O lo más escalofriante, nada, una habitación vacía que no sirve más que para agitar las mentes de quien busca en su interior un enigma. No lo sé. Hay tantas habitaciones cerradas. Cuadros a medio pintar. Escritos. En mi casa que una puerta más no me es molestia pero cada vez se me hace más difícil domar a mi curiosidad. Cuando murió mamá fue distinto, el abuelo nos reunió a mi hermano y a mi y abrió una de las puertas sin resolver, sólo por unos minutos observamos esa habitación. Era la de la abuela y era mágica, no tenía ni una mota de polvo, estaba intacta como los escaparates de una tienda o una muestra en un museo. Con muñecas frágiles, una máquina de coser, libros y alguna que otra botella de vino envejecido. El abuelo sonrió al ver como abríamos los ojos sorprendidos por tanto misterio. Luego al cerrar nos dio la llave y dijo "cuando sintáis nostalgia la podéis abrir, pero no malgastéis esta llave con falsos sentimientos". La utilizamos cuando Julian llega del instituto cansado o triste porque le ha pasado algo que no me quiere contar o cuando a mi me dan calabazas o suspendo algún exámen de la universidad. Sea como sea siempre nos sorprendemos porque siempre encontramos algo nuevo y es una sensación única. Ahora. Quiero abrir más puertas, quiero descubrir más sobre mi familia, sobre sus secretos y los pasillos escondidos de esta enorme casa. Ahora el abuelo duerme tranquilo, me pregunto si aún respira porque anoche estaba muy enfermo, en el caso de que no lo haga no es grave a nivel legal, Julian vivirá bajo mi responsabilidad que ya tengo 19. El problema son los llantos y la enormidad de esta casa que con cada fallecido crece y el primero fue papá. Para Julian su mayor problema será el llanto, para mi realmente el mayor problema será que el abuelo me ceda en herencia ese gran manojo de llaves que desvela los secretos de esta casa y que tendré que administrar correctamente, abriendo con su muerte una nueva puerta.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Sueneeltimbreenseptiembre

Siempre dejo esos puntos suspensivos infinitos para que los rellenéis de nuevos pájaros y que al final las palabras, la poesía, las historias nunca dejen de volar.

Conversacionesslow

Mañana escribirán en los periódicos golondrinas de tinta que irán hacia tu ventana para llevarte las noticias del día.


Hace tiempo que no me encierro entre los escenarios de un teatro, necesito esa sensación, ese vacío de formas, todo hecho de cartón, pintado a mano, vivir la ficción que prefiera mi mente, mirar y sentir que en vez de focos hay nubes. Escuchar el aplauso que al fin al cabo es el latido del actor que para sus pulsaciones cuando se convierte en un personaje de tinta. Y al final. Ese aliado el telón. Y la risa o el llanto. Lo necesito.

Compañera de escenario. Ven. Coge mi mano y ven. Llenemos los teatros de textos antiguos. De diálogos interminables. De filosofía. Hagamos que al final el decorado sean palabras y nosotros simples sombras que caminan para dar forma a un libro. Compañera. Sé que lo entiendes por eso ven. Habla. Baila. Retomemos la historia del arte y contemos la de la Músicapoesíateatrocine y tantas tan lejanas.
Hacía rato que Daniel miraba el bolso, olvidado en un banco de la calle cualquiera podía robarlo pero él lo necesitaba, no podía dejar pasar esa oportunidad  y que otro ratero del tres al cuarto le arrebatase el premio. Se acercó decidido, rebuscó en su interior bajo la atenta mirada de una anciana que pasaba por allí y que debió desconfiar de su aspecto, cuando encontró el móvil hizo como si hablara por él, con otra persona a la que le decía que había encontrado el bolso, su novia, supuso la anciana dada la edad jóven y el innegable atractivo de Daniel.

Ya en casa examinaba el contenido del bolso como un médico examina a su paciente, un libro, una tarjeta de un restaurante italiano, un pintalabios marrón, una funda de gafas (sin las gafas dentro), otro libro y una servilleta con la dirección de un bar. Nada de dinero. Esto hizo que a Daniel se le ablandara el corazón pues no veía justo robarle el bolso a una mujer por placer, sin ninguna necesidad, quitarle esos libros que seguro para ella tendrían valor sentimental y recuerdos. Abrió el primero titulado "El baile de la victoria", no leyó nada porque entonces se habría enganchado a la historia y habría tardado más en devolver el libro, pero reparó en una página marcada por una fotografía, la página veinteycinco, le resultó curioso pues ese día era veinteycinco de Enero, la observó con detenimiento, en ella aparecía una mujer preciosa, con una sonrísa enorme y los ojos llenos de luz. Luego lo guardó todo con cuidado y decidió dejar el bolso a la mañana siguiente al bar que marcaba el mensaje de  la servilleta "estaré en el itaca".

Dejó el bolso sobre una mesa y se sentó en la barra a esperar si aparecía la mujer de la fotografía. Cuando ya habían pasado unas horas y Daniel daba el primer trago a su tercer café se abrió la puerta y apareció una mujer, era ella pero más desgastada, no había rastro de la sonrísa preciosa, ni de la luz de su mirada, sólo vió en ella algunas ojeras y restos de llanto. Miró a todos lados como si estuviese buscando a alguien y cuando vió que sobre una mesa estaba su bolso se echó a reir, se sentó y comprobó que estaba todo en orden. Daniel se pasó un minuto dialogando con sus conciencias internas sobre si invitarla un café o no, al final ganó la picardía y sin dudarlo un segundo se sentó a su lado, "Hola".

La Victoria.

¿Sabes?, nunca me río de ti, sonrío, sé que siempre digo lo mismo y si es así es porque siempre te digo la verdad, cuando estoy contigo, paso tanto tiempo tan cerca de ti que no puedo apartar los ojos, la habitación, las calles, la arena, el mar, se esfuma y mi realidad se reduce al pequeño espacio que ocupa tu cuerpo. Cuando te miro a veces descubro pequeños detalles de ti que sería ridículo describir y sé que si lo hiciera al final me culparías porque perderían su magia, bueno pues cuando descubro esos detalles sonrío, pero como siempre me cogen despistado es como una risa, porque me sorprenden y no puedo evitar la ascensión de mis labios, mantener unos segundos esa mueca tonta de mirada perdida, hasta que tú me frenas culpando mi risa y cómo lo haces, me defiendo pero me encanta.

Como siempre que quedamos en una atmósfera cómoda te quedas dormida, o no, te quedas traspuesta con los ojos cerrados pensando y te molesta dormirte pero no dejas de hacerlo, siempre te rindes al sueño y a mi me gusta ver como las horas pasan por tu universo onírico, como a veces haces muecas, como te despiertas abriendo lentamente los ojos y sonríes al verme aunque al segundo te das la vuelta porque te molesta que te vea despertar.

Todos los pequeños detalles que formo alrededor de ti y que se forman alrededor nuestra son como fotografías, como un mapa de nuestro pequeño mundo o biverso. Pequeñas cosas que me hacen sentir que merece la pena, que existe la música, que tu cuerpo abrazado al mío, fuerte, más fuerte y que nuestros labios son como dos nadadoras que bailan en una sincronía perfecta.

Pero tambien están mis demonios, sombras, incertidumbres, miedos, trasgos. También existen pesadillas, lágrimas. Pero en ese desierto en el que ahora me encuentro también existes tú, eso es a lo que me refiero.

Siga las flechas amarillas señor Quincapoix

"Lo siento no estoy de humor"

"¿Y cuándo lo estás?, no es un ataque dímelo, ¿cuándo fue la última vez que te dejaste ir, que te reíste de verdad?"

Mañana amanecerá y el día estará lleno de luz pero falto de ti, en mis adentros se esconde un monstruo que no quiero ver, que me llama con un canto de sirena y al final siempre me dejo seducir por sus palabras. Al final sucumbo al juicio.¡Culpable!.

Dejarse llevar suena demasiado bien


sábado, 3 de septiembre de 2011

ESCRIBO EL LATIDO CUANDO LO SIENTO

Durante un segundo se llamó Anna, en el instante en que nuestras miradas se cruzaron se llamó Anna, en realidad no sabía su nombre.
Yo intentaba por todos los medios que nuestras miradas no se volvieran a cruzar. Me daba mucha verguenza, incluso miedo, la profundidad de sus ojos, su color miel, mirarlos era como perderse en un desierto dulce.
Se reía, me daba paz, nos bastaba una taza de café para contarnos todo, biografías y recuento de cicatrices, se vaciaban de café las tazas y se iban llenando de palabras, sentimientos, sueños.

¿y ahora?.

TODO.

SALEN DE MÍ

Lágrimas.Palabras.

"¿El señor desea algo?"

"Alberto creo que voy a llorar"

"¿Quiere que le mueva la almohada a vertical para que esté más cómodo?"

"No, no Alberto es serio.."

"¿Llorar o vomitar?"

"¿Hay alguna diferencia?"

"Bueno, llorar no tiene por qué impilicar vómito pero casi siempre que vomitas lloras.."

"No te entiendo"

"No hablo de dos actos distintos.. Si no del hecho de si vas a llorar sufriendo, alágrimaviva o simplemente vas a llorar para desahogarte un poco"

"Creo que lo primero"

"¿A qué se debe?"

"Porque he descubierto que no puedo sonreír y lo contrario a esto es llorar, por lo tanto sólo me queda llorar y como me angustia el hecho de comunicarme tan sólo a través de las lágrimas pues supongo que será un vómito de lágrimas.."


viernes, 2 de septiembre de 2011

Los horóscopos prometían cambios excitantes

MIERDA

YO QUIERO NAVEGAR

¿Alguien más se fija en los charcos?, camino esperando que cualquiera de los transeúntes que me cruzo me mire, fije sus ojos en mí, sonría y comience a bailar, un musical al delirio, a la libertad, a la expresión pero no. Todos siguen las raíces que han plantado desde niños y su postura firme me obliga a crear y ver crecer las mías, mis pies, cada vez más pegados al suelo miran como yo a los pájaros y siento tanta envidia que agito los brazos, cierro los ojos y deseo con todas mis fuerzas volar, o al menos, adquirir un barco  sentir como las nubes sonríen en el infinito.


Lavidaestállenadeinformacióninutil

Tengo mi historial académico, todas mis notas, faltas de asistencia, comentarios de algún profesor pero en él no aparecen a cuántas personas conocí en la guardería, ni en la escuela, ni en el instituto, tampoco aparecen las veces que de verdad aprendí algo en clase, las veces que miraba por la ventana o me distraía dibujando, supongo que estas últimas no aparecen por hacerme un favor a mí pues son muy superiores a las veces que de verdad aprendía algo.

En mi historial médico, aparte de la dificultad que supone descifrarlo debido a una rara enfermedad que se ha diagnosticado como letradedoctor, está vacío. En el aparecen los accidentes que tuve de niño, las enfermedades que contraje a causa de esos accidentes, mis alergias (las de verdad y las de mentira). Pero no aparece el número de latidos por minuto, el número de veces que he sentido cariño, que me he ruborizado, que me he enamorado, no aparece el número de veces que me he reído o simplemente he sonreído por algo, que he sentido placer, angustia, vacío.

Así que, ¿qué me queda?, me quedan enfermedades, notas, juicios pero nada de valor, en mi historial propio, el interno, el que yo escribo día a día sí que hay información valiosa, un verdadero tesoro que estoy dispuesto a compartir con quien quiera conocerme. Y por último mi tumba, mi epitafio, no deberían resumir toda una vida con una frase, un párrafo, datos, lo justo es que salga a la luz el historial interno del fallecido y que cada asistente al funeral escriba su propio epitafio a su vida.