"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 19 de septiembre de 2011

Yo me fumo mis mañanas.

El sudor, los movimientos bruscos que hacen que las letras de mi libro se mezclen y cambie completamente la historia original, por ejemplo, en un poema sobre amor las letras pueden confundirse y crear un nuevo significado orientado hacia el odio, sucesos extraños por la brusquedad de las ruedas del autobús. Yo me fumo mis mañanas, yo amargo mis pulmones, con los ojos todavía atrapados en legañas me abro al mundo y el mundo me recibe con sus calles abiertas y su sol de septiembre, el viento de las sombras a veces como un oasis. Despierto y me invade la sensación del todo, de los caminos posibles y los paseos interesantes arropado siempre por la música. Tú quédate dentro del sueño, si quieres, yo abro mis pulmones al humo y mis ojos a la tinta, me despierta el día una sensación de renacimiento con las primeras luces.

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