"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 19 de septiembre de 2011

Hay cajas llenas de nostalgia en mi habitación que no puedo abrir.


Sus ojos, su mirada, últimamente nunca puedo sostenerla, no en ese breve periodo de tiempo pues es demasiado-poco-y-no-lo-aguanto. Yo quisiera despertarme cada día entre su sonrisa, cuerpo y sábanas y sentirme aire o agua, sintiendo que existir es algo más que caminar y sonreír cuando no tienes ganas. Si no hacerlo sin darte cuenta. Yo quisiera hablarle en cualquier momento, a cualquier hora, de todas las ideas que me vienen a la cabeza y que se van porque sé que ella las guardaría con el cariño que se merecen, arropándolas en su mente y sonriendo ante su presencia. Yo quisiera. Quisiera. Y ojalá la vida me brinde esa oportunidad algún día pues hoy en día es lo único que pido para llenar este vacío. Al menos. Me quedan los cafés, las miradas, caricias por sorpresa, abrazo y besos. Al menos. Y aunque el día sea nada y aunque las nubes se llenen de agua ella, siempre queda su sonrisa, su gesto y siempre me queda alma y palabras para describir lo que siento por su existencia aunque ya lo haya dicho de mil formas y en miles de momentos.

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