¿Alguien más se fija en los charcos?, camino esperando que cualquiera de los transeúntes que me cruzo me mire, fije sus ojos en mí, sonría y comience a bailar, un musical al delirio, a la libertad, a la expresión pero no. Todos siguen las raíces que han plantado desde niños y su postura firme me obliga a crear y ver crecer las mías, mis pies, cada vez más pegados al suelo miran como yo a los pájaros y siento tanta envidia que agito los brazos, cierro los ojos y deseo con todas mis fuerzas volar, o al menos, adquirir un barco sentir como las nubes sonríen en el infinito.
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