Dejaste las paredes de mi casa llenas de arena de la playa, todos los grifos escupían entonces agua salada. Y en el mar. Dos cuerpo a la deriva quisieron conocerse sin más sombra que la de la luna. Y tú. Todavía ese cielo te nombra en una constelación.Y tú. Aún sueño con que ese autobús, ese avión te lleve y vengas, me cojas de la mano y de nuevo, de nuevo escapemos al infinito del mar dormido.
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