"Aprender la levedad del pájaro."

martes, 20 de diciembre de 2011

. II

Luego ella se me quedó mirando un largo rato antes de lanzarse a bailar. En medio de una calle abarrotada, se chocaba con ancianas, vagabundos, estudiantes y todos la llenaban de risas, insultos, sorpresa, confusión. Ella era feliz, era libre, bailaba y yo no podía contener mi asombro ni disimular mi gesto bobo. Pero lo más increíble es que estaba bailando jazz, en mi cabeza ya se oían las voces rasgadas, las trompetas, los pianos, los saxofones en una orquesta fantasma que presidía en la plaza de aquella gran ciudad.

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