"Aprender la levedad del pájaro."

martes, 12 de julio de 2011

Es como si ella, delicadamente hubiese robado mi piel, mis huesos, poco a poco me hubiese descompuesto y me hubiese dejado un pequeño corazón, sólo eso, un pequeño y firme corazón como la estrella, que late y late fuerte sin necesidad de huesos, humo, piel, que late por su latir, por el otro pequeño y firme corazón. Ambos. Se han quitado el traje de día y se han convertido en libertad, en paz, en almas sin mayor necesidad que la de escucharse, a media voz, en este pequeño biverso que nunca tendrá fin, ni se ahogará en sí mismo por sus propias ambiciones. Aquí valen los sueños, aquí bailan sólo los corazones ¿y los cuerpos?, ese terreno olvidado hace tiempo, sin perder el amor por sus ojos, su piel, sus caricias, besos y abrazos.

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