"Aprender la levedad del pájaro."

miércoles, 2 de mayo de 2012

Zombies.

Hay unas treinta personas hasta donde me alcanza la vista, todas con sus miedos, deseos, alegrías, ilusiones y un montón de mierda que les han vendido para que no piensen en otra cosa, todas con una infinidad de pensamientos inútiles en su cabeza, al menos eso creo, al menos eso deduzco por su gesto anestesiado. El caso es que hay como unas treinta pero ninguna de ellas me importa realmente, la chica que está a mi lado me sonríe y yo huyo, esbozo una sonrisa que evoluciona en mueca de asco y ella se revuelve indignada. Tampoco me importa. Tan solo me importa la espera, el momento en el que algo explotará y no volveré a verlos nunca más y no tendré que mirarme en el espejo nunca más. Entonces dará igual las individualidades porque todas seremos el mismo amasijo de miedo y llanto. Entonces nadie se fijará en que yo escribo o en que yo leo. Entonces alguien gritará. Yo gritaré. No imaginaba que un deseo suicida fuese tan fuerte. No imaginaba que los pensamientos oscuros y no los bellos son los que se hacen realidad. Hay unas treinta personas hasta donde me alcanza la vista, también hay polvo y humo y tengo miedo, al fin siento algo, culpabilidad y miedo, ahora, los cierro.

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