consciente de que el sol
hoy se reflejará en tus ojos,
desayunando café con ausencias.
Sufrir las horas es vomitar un mal gesto al diario
y vomitar un mal gesto a cada palabra vacía.
Escupir humo por no escupir al espejo
reconocerme en los acordes de Andrés
y caer a la cama siendo tan sólo una sombra
con la última frase que nos cruzamos en la distancia
"qué mala vida sin ti".
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