"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 10 de agosto de 2015

Hay calles que huelen a resaca.

Al desobediente le lavan la sonrisa con jabón,
yo me lavo las manos con agua bendita
para que mi onanismo
esté libre de pecado
tú me tiras la primera piedra
sin puntería
y escondes el corazón
por si acaso,
yo me lamento
por las calles del rastro.


Madrid
sin souvenirs
ni aspirinas,
los poetas mueren
en tus piernas
desnudas.


Yo tendría que tragar sin miedo
todo el veneno,
tendría que ser como esas personas que saben cómo disparar un arma
pero no conocen la piedad
ni la paciencia,
tendría que renunciar a mis libros
a mis amigos
a mis películas favoritas
a mis tatuajes
a mis frases favoritas
para no escribir sobre ti.


Tendría que renunciarme
antes de renunciarte,
ya no se cual fue
el primer poema
que me infectó
de melancolía.

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