Tus ojos son la muerte de la inocencia,
salvajes, borrachos,
llenos de vida y de sexo.
Mis ojos la presa,
el póquer descubierto,
llenos de vida y de sexo.
Ahora tengo que salir a correr,
fumar, jugar con mi ordenador, leer,
mirar tus fotos, ver películas, fumar,
para reparar tu ausencia
presente y futura,
para enterrar el orgasmo
y rendir culto a tus gemidos.
En Murcia hace calor y distancia
la gente cruza sin mirar,
los coches arden
y los peatones asustados corremos en silencio,
desordenando el paso y los semáforos,
todo esto ocurre
mientras tú desaceleras la sonrisa.
Todo esto ocurre
y tú maleta, aeropuerto
y yo cuerda de tender, cambio de ciudad
y los dados borrachos
riendo nuestra historia
brindando desesperación
y firmando la caducidad de tus labios
en mi piel
con una crueldad insoportable.
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