Uno no sabe muy bien qué hacer con él, más vale una vida llena de ejercicios físicos y menos lectura, mejor la caricatura de lo que siempre quise ser. Ponle a un niño un lapiz en la mano y lejos de proporciones y armonía, círculos sin exactitud dibujará su inocencia, esa es la cruz, me hallo dibujando círculos, creando esquemas, rompiendo esquemas, volviendo del vuelo a la crisálida en un renacimiento reiterado.
Pensar que sí, que esta ahí, que es un sueño sencillo, Gonzalez, que te abrirán las puertas de sus ojos enamorados, románticos y mujeres enfermas de soledades. Messi batiendo récords, Cristiano guiñando un ojo, por qué no atreverse a esos circos, por qué buscar el sol, si uno artificial ni si quiera se nota. Andar con el ritmo entre las manos preguntándote a cada segundo si de verdad no se equivocaron, si le estás robando la vida a otro, si de verdad aquel chaval de mirada triste y paso lento piensa hacer algo con eso, cuando-desde-fuera-me-examino.
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