Todo se mueve, ¿yo?, cuerpo inmóvil, como un preso que acepta su situación con marcas en las paredes en formato calendario, mientras ve pasar los carceleros y los absueltos, las peleas y humillaciones. Mientras él/yo, mira al suelo o al cielo, ese cielo mohoso y raído, las ratas le muerden los dedos que se esconden, ya no quieren escribir, ¿que dirán? ¿sobre qué pueden hablar?, pobres desnutridos de temas e intención, cultivando un estilo que se hallará en el futuro sepultado por una vida al borde del vacío existencial.
La vida pasa, las personas pasan, las nubes, soles, lunas,estrellas, sin diferencias a destacar, pasan a cámara lenta ante mis ojos verdes que ya se han olvidado de mirar, pintados en gris sólo se despiertan para charlar, besar, escribir o volverse a dormir, soñar.
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