Encerrado en una estación de trenes que no llegan,
de puertos con sirenas enloquecidas,
de terminales que gritan cientos de nombres.
Que a este tiempo no le queda más espacio
y sus huesos aprietan mi sueño.
Ahora la paciencia
será la palabra que pueble mis días
para no perder la cabeza,
para no perderme a mi mismo.
escucho los sueños crujiendo, esparciendo astillas por todos lados. debería dormir.
ResponderEliminarte deseo paciencia, la suficiente.
:) gracias
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