Aún no sé si existo
o existes,
tan sólo sé que mi búsqueda
sólo me ha traído frustración
y tampoco sé cuántos latidos
siguen de tu parte.
Tendremos poner a secar los poemas
a los que les lloviste una vez
para que sigan creyéndote.
Volver a hablar de
domingos
sin sabor amargo
o dejarme caer
en el ateísmo de ti.
Al fin y al cabo
ni existes ni existo
sólo somos partes de un guión sin futuro,
la novela a medias
de un escritor frustrado,
el sueño erótico
que siempre se interrumpe
en el mejor momento.
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