"Aprender la levedad del pájaro."

domingo, 21 de agosto de 2011

.

Ayer soñando, encontré una sonrisa y fui feliz, como hace tiempo feliz de largo, feliz de un despertar pero esta mañana la luz temprana me reservaba una nostalgia, un desánimo y qué importa. Odio dejar rostros atras, oscuros en olvido, como una fotografía sin revelar, rota, odio perder personas y aun más perder corazones, ignorar almas que ya conocía.

Me entristece mucho el ruido sordo de nuestras miradas cruzandose sin que nuestras bocas digan nada, labios inmóviles, parálisis para la que nadie está preparado y este dolor, esta enfermedad en los pulmones que me hace gritar humo y este dolor, esta enfermedad en los ojos que me impide llorar.

No importa, tengo amor pero claro, uno no puede evitar sentirse abandonado de nuevo cuando en el mundo del sueño se cuelan imágenes crueles, ironía onírica de mi mente que aun tiene miedo como de niño, de esas ramas, de esa ventana, de los olores, de que a la lluvia no salga nadie a caminar, miedo a envejecer atado a unas raíces de ridícula continuidad.

Esta mañana fue difícil, en el poco tiempo que llevo despierto mi corazón ha dado varios vuelcos y se ha retorcido. ¿Infarto?. No el que conoceis. Señales del que yo conozco, hacía tiempo ya pero siempre vuelven como un boomerang los dolores que provienen del alma pues esta no olvida con noches de insomnios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario