"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 23 de enero de 2012

En el disparadero (Quique González)

La armónica está olvidada en el piso en el que nunca vinimos, así como tu reflejo, mis vinilos, nuestras caricias y las palabras que se ahorcaron al vernos marchar. Ya no te recibirán flores. Ni me llamarán temprano, los pájaros de tus ojos para que escriba algo decente. Algo que merezca la pena y aún más raro. Que no hable de ti. Ya nada de lo que escribo habla de mí. También dejé olvidada mi cámara y mis pantalones oxidados por la lluvia fuerte de Otoño.

Pero a nadie le importa. A nosotros tampoco nos importa. Somos aire. Invisibles pertenecemos a este instante. Este segundo en el que mis propias manos nos crean y nosotros nos doblegamos a los deseos de mi empobrecida mente, solitaria mente, melancólica creatividad. Todo sea por frenar la fuga de lágrimas de mis ojos. Todo sea por inventar y deshacer infinitas veces nuestra historia.

¿Te acuerdas de esa luz?, aquella rendija en la que nunca reparábamos aunque siempre puntual nos despertase con un rayo de sol demasiado optimista para ser Diciembre. Demasiado frías para ser Enero las calles me visten de temblor y me hielan los huesos. ¿Te acuerdas de mí?, te pregunto en silencio mientras te veo marchar por aquella calle que tantas veces fue pisada por nuestras sombras que agotadas querían seguirnos el paso. Cuánta mierda albergan mis manos, aún más mi mente, no me sorprende que aparten la vista decentes transeúntes que odian cruzarse con mi decadencia y mi desobediencia hacia lo establecido.

Ya no me explico nada, prefiero dejarlo todo en standby y así. Cansado. Pasar las horas de sol a sol a solas escribiendo. Escribien. Escri. .Inventando.Historias.Que me hagan libre.Por un rato.

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