"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 2 de enero de 2012

Soy como aquel chico amable, sincero y callado que veo cada mañana pasear solitario por mi calle. A veces lo odio, con toda mi alma y mi cuerpo, lo odio hasta la locura, queriendo estrangularlo hasta no sentir más su vida bajo la mía. Otras, sin embargo, me da pena, cariño y tengo ganas de abrazarle, de decirle que el frío es mental, que ni las capas de ropa ni las capas con las que cubra de secretos su sentimiento le librarán del vacío, de la soledad, quiero charlar con él, preguntarle lo que él tanto desea. Soy como él. Quién sabe. Somos uno. También él me odiará, también querrá abrazarme. Somos uno, un espejo. Somos sombras de nosotros mismos. Somos un charco de primavera. Algo triste. Que conmueve pero eso no nos vence. No nos vencerá nunca. Porque. Queda la música. Los libros. Amigos. Hermanos. Para hacer frente al llanto y aguantar sus arañazos y mordeduras en el corazón.

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