Infinito
horizonte azul donde mi mente respira
tranquila,
lejos de “los pies en el suelo”
y la rutina del silencio y la soledad.
y la rutina del silencio y la soledad.
Infinito, sin límites,
sintiendo el baile
acompasado de los cuerpos
y la sonrisa de quien mira.
Tristeza por quien no pueda sentirlo
por su cárcel física
sin tener como yo ahora
un bis a bis con la sencillez de ser
parte de un todo.
Nostalgia ahora que escribo,
de esas montañas
esa fiesta de mis sentidos
de esa risa verdadera
esos ojos llenos de verde,
guardaré esta sensación
para momentos de emergencia
en los que la vida me pese.
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