"Aprender la levedad del pájaro."

martes, 4 de octubre de 2011

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La misma sensación que tengo cuando escucho "la valse de Amelie" o "bosques de mi mente" es la que tengo cuando tú te vas. Y es una sensación de que estoy viendo, escuchando, sintiendo algo hermoso y con el paso del tiempo se aleja, se aleja hasta que ya no queda voz y tu cuerpo ha doblado la esquina o se ha perdido entre la gente del autobús y ya no distingo tu rostro, tu figura y tengo un silencio de velatorio o de lluvia de Martes de invierno. Es una pena, ojalá esto nunca acabe, ojalá nunca tenga que prender el recuerdo de tu espalda para sentirte cerca pues eso es lo que siempre queda, una espalda, un quizás, un adiós y contigo, contigo no soportaría ninguna de esas cosas sin volverme loco.

Ojalá que pases por cada calle en la que yo resida, que des vueltas al mundo conmigo, que rías en primaveras y en veranos desconocidos, que bebas cerveza en barras de bar salpicadas por extraños. Ojalá. Ojalá. No pase nunca nada, que te lleve de pronto.

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