"Aprender la levedad del pájaro."

viernes, 28 de octubre de 2011

Vente a la cuerda floja del JAZZ

Imagina que no queda suelo en tus pies, que la sombra es un infinito abismo que te arrastra hacia el interior de algo que no ves, que no puedes ver porque no sabes abrir los ojos más allá de la incertidumbre. Conocer. Más. No rendirse a lo dado. Caerse, caer en la locura que precede al arte, a las palabras más hermosas que jamás podrás pronunciar, al placer de un orgasmo, al placer de caer rendido a una mirada, corazón atado a unos ojos que casi no conoces y que te miran desde lo más profundo de la noche para hacerte enloquecer con su gesto hosco ya  la vez dulce, suave. Es raro. Como el primer trago, siempre entra de mala gana en tu interior intentando hacerse un sitio entre los problemas, miedo y lo poco que queda de ánimo. Luego todo va ya rodado. Olvidada la razón en un rincón de tu cabeza podemos escribirnos en el alma con los dedos el derecho al delirio y bailar la noche eterna de los amaneceres fríos. Hace tiempo que no siento un amanecer frío. Hace tiempo que no siento que mi sombra no esté debajo de mis pies. Hace tiempo que caigo, caigo una y otra vez en la irracionalidad. Hace tiempo. Poco tiempo y qué importa. El azar es simple, tan simple como cagarse en la suerte y romper sus yugos con tus manos así como los del tiempo. El azar. De nuevo unos ojos que se atreven a atravesar el pasillo de cuerpos hasta llegar hasta mí y de nuevo me dejan k.o.

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