Es tan libre el cielo, tan jodidamente libre y a la vez poderoso, puede inundar las calles de lluvia, el ambiente de frío, hacer tiritar a los pájaros que lo sobrevuelan o acompañarlos con su brisa, puede joderte una mañana y levantar la mano al atardecer con una bandera de nubes y sol, puede y se divierte de su don, como un niño pequeño con una lupa, cien hormigas y dudosa ética.
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