"Aprender la levedad del pájaro."

domingo, 29 de enero de 2012

Qué noche la de aquel día

Te derramaste sobre mi vida como una sonrisa de madrugada, que se dejaba ver aunque las luces estuviesen apagadas. Pero te secaste demasiado rápido y ahora aprieta el frío en la humedad de tu recuerdo.

1 comentario:

  1. Una vez leí en algún sitio que lo bueno de los recuerdos es que puedes acceder a ellos y modificarlos cuando quieras.

    Yo creo que eso es lo peor: deberíamos dejarlos intactos en nuestra memoria. Son nuestro verdadero patrimonio.

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