"Aprender la levedad del pájaro."

miércoles, 19 de enero de 2011

MAR

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Al mar bravío , sin tormentas graves sino leves zumbidos de viento, con gaviotas que vuelan cerca para escuchar los secretos que esconde, a su baile de caracolas y arena, al remolino interior, a los peces de colores, a los barcos que son como garrapatas, navegan por su piel, unas hacen daño, les roban a sus habitantes, otras sencillamente, quieren ver la vida pasar entre ese azul oscuro o perfecto paraíso brillante y la espuma que llega como lengua, dejando rastros de saliva en la arena, que borran las pisadas y mojan a los bañístas, en realidad, es el brazo de Gea más extendido y juguetón, más hermoso y paradisíaco,yo siempre quise aprender a bucear, juntar en un curso prácticas de buceo y lenguaje marino, aprender a hablar con susurros, como hacen las olas, dejarme llevar por la luz de la luna, en realidad, todo lo que le rodea, los mitos, los sueños, su lenguaje, su paisaje, lo dota de una magia increíble, que ya ha enamorado a pescadores y marineros, que fingen querer descubrir sirenas cuando lo que de verdad ansían es aprender a escuchar las voces en las caracolas, los ultrasonidos, el arpa que es su textura suave, a veces revolucionada en algún enfado.


Pero cómo queremos matarlo, vertiendo mentiras y mediocridad en su fondo, como queremos aprovecharnos de su bonanza, quebrando su organismo desde dentro, robando los tesoros que esconden, sin saber que su respuesta será fría, sin remordimientos y ciega, con lo bien que podríamos estar sin sufrir sus consecuencias, en perfecta armonía, como un Ulises que atrapado ya ha perdido la fe en itaca, pero la ha encontrado en el mar.


Y ahí sigue mi muelle, mi pequeño muelle y mi mar menospreciado, ya desde su nacimiento lo tomaron de "menor", menor sí, pero igual de hermoso y el asco a las algas, cuando en realidad su textura es terciopelo, es imperdonable, no se puede explicar, que lo tengamos enfrente y lo sepamos mirar, pero no ver.

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