"Aprender la levedad del pájaro."

martes, 25 de enero de 2011

Las manos querían romper su órbita y echar a correr, despedirse de mis brazos, su temblor eran infinitas hormigas enfadadas mordiéndome entre los dedos, su temblor era el sudor frío en su palma, su temblor era un gran ejemplo de mi interior, era como dirían aquellos niños un flan, no importa si de huevo o limón, un flan, temblaba por todas partes, hasta las palabras parecían salir a trompicones de mi boca.

Me miraba, con esos ojos, con ese verso en la pupila, me miraba, mis ojos se distraían haciendo maniobras de escapismo, tenía, que hacer algo, me lo pedía el gran jefe rojo que bombeaba tan rápidamente que mis manos querían escaparse, que mis ojos huían de su mirada, que mis sentimientos se agolpaban en mi lengua buscando una salida de emergencia pero al final: "¡SALTA POR LA VENTANA, VALIENTE!" y que tal vez, una vez más  y no por casualidad, era su día favorito y que tal vez, una vez más y no por casualidad, me habló de santa Ana y comonoíbayoatomarmipapeldeOto de gran kamikaze antaño alemán, de poeta con la necesidad de hablarle, de mi gran secreto, mi mejor guardado, mi: "Sólo hay una cosa que me guste más que América Latina tú, y ese tú, que eras tú"


Y andando y andando en círculos, creando trayectorias que se rozan, casi tan cerca..

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