"Aprender la levedad del pájaro."

miércoles, 19 de enero de 2011

Aquí descienden los sueños, para quedarse callados escondidos bajo mi cama, tienen miedo de que yo salga y no sepa entenderlos, ellos no saben hablar el idioma del dinero, tampoco entienden las frustraciones, pero son los más afectados por la madurez y los horarios. Pobres. Pequeñas partículas de mi alma, mezcladas con la oniricidad nocturna, el ámbar que los transporta se transpira ahora en mi cuarto.Pobres. Sus pieles son demasiado delicadas, su ánimo demasiado débil, una legaña mal puesta puede quebrarlos, un sobresalto, un desvelo, puede apartarme de su mundo y entonces se esconden, se esconden bajo mi cama porque la luz de la mañana les hace daño a los ojos. Ellos dicen que por la mañana nadie cree en ellos, que no merece la pena salir de su escondite, que los hacen callar, que no quieren revelarlos, que solo conviven en algunas almas buenas, entre las costillas de los soñadores y guardianes son quizá por eso, de la siempre ardiente tumba del señor Lennon.

Pero yo sé que existen, lo sé porque he probado a girar las luces en el sentido y brillo que hay que girarlas apuntando un breve instante a sus cuerpos, para poder hallarlos, pero yo sé que existen, viven en los ojos de los poetas, en la boca de las poetisas, en las manos de escritores, en el alma de los soñadores y en la electricidad de la luna. Pero yo sé que existen si hay días que parecen sueños, momentos que parecen acunados por la madrugada, palabras que se pronuncia en el idioma del descanso, instantes que deberían estar reservados para las sábanas.

Pero yo sé que existen, su mano a veces gira en torno a ellos, a veces, parece que los toca y me los muestra, su mano, a veces ellos se encariñan y nos persiguen divertidos, a veces y espían lo que decimos. A veces de tanta fortuna me creo soñando, destripando el sueño siguiente pues la vida no depara tanta miel para una sola abeja. Pero a veces tengo que creer ¿y con qué sueñas tú? ¿y con qué sueño yo?, existen tertulias sobre líos de faldas y toreros, de custodias y crueldades, pero no existen tertulias sobre el sueño, sobre el colectivo de los sueños, sobre su peligro de extinción y qué pena. Si el momento más hermoso, el momento más hermoso que puedes compartir con alguien es el de compartir tus sueños, creer que porque tu mano roce su piel vais a soñar el uno con el otro o la misma historia. Soñar con poder besar una boca que no existe cuando despiertas con una sonrisa. Soñar juntos es el mejor acto más allá del sexo o la lucha de lenguas. Soñar juntos. Y yo hace tiempo que sueño solo, pero cuando me despierto sueño o pienso en alguien, no sabría decirte, quizá lo mejor sea conversar un poco con mis sueños, sacarlos de debajo de mi cama, servirles un café o un té y probar el insomnio, que no sería insomnio, si no despertar en sueño, dejarme aconsejar por sus múltiples utopías y sus guiños a mi corazón.

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