Clavé todas mis dudas en tu espalda
por eso a veces nacen en ti contracturas
o te duele la espina dorsal.
Posé todos mis besos sobre tu boca
por eso siempre te sabe a dulce cualquier cosa
por eso a veces tus labios se abren sin avisar.
Colgué todas mis palabras en tus ojos
y ahora observas poesía en cada rincón de la ciudad
y ahora miras y no miras sin ver que te escribo
cada día.
Para que pienses en mí
y me encuentres
en algún rincón de tu cuerpo
pensando en ti.
El pensamiento tiene el poder.
ResponderEliminarNo, perdón: el amor (y la poesía) lo tienen.
:)
me gusta!!