"Aprender la levedad del pájaro."

jueves, 24 de noviembre de 2011

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Fumaba un cigarro y bajo sus pies crecían las manchas de gasolina de otros coches, sostenía la ceniza tan firme como su mirada, hacia ninguna parte, yo buscaba el infinito que marcaban sus ojos pero el horizonte me ofrecía tantas posibilidades como incógnitas. "¿Adonde vas?", me preguntó casi sin mover los labios y no vi ningún resquicio de temblor en su cigarro, me miraba con algo de ilusión aunque era muy difícil encontrar algún brillo en sus ojos gastados. "Hacia ninguna parte, trabajo aquí". "¿Y no quieres marcharte?". "No sé, nunca lo he pensado, nací aquí, me crié aquí y ahora trabajo aquí, toda la gente con la que me he relacionado desde niño son instantes fugaces de personas". "Si quieres puedes venir conmigo". Me dijo y reconocí entre sus labios un poquito de burla, como de erotismo logrado desde la longitud de sus piernas hasta la forma en que su boca escupía el humo sin cesar. "No te conozco". "¿Quieres conocerme o sólo follarme?". "Quiero enamorarme de ti". "Buena respuesta, ¿vienes entonces?". Y soltó el cigarro, lo tiró justo en medio de dos pequeños charcos de gasolina y nuestros cuerpos siguieron estando estables y la gasolinera tranquila, un paso, dos, tres, cuatro, a dos centímetros de mis labios su mirada examinaba sus pupilas, juzgaba mis recuerdos y cerré los ojos. Un latido. Al abrirlos aquella misteriosa chica había cogido una de mis temblorosas manos y la había posado sobre su pecho. "¿Ves?, esto es todo lo que tienes que saber de mí". Dos latidos. Tres latidos. Cuatro.

2 comentarios:

  1. esto es todo lo que tienes que saber de mí

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  2. Y qué mejor que saber eso.
    Es lo más profundo que se puede llegar a conocer.
    Lo único.

    :)

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