Entonces nos dimos cuenta de que tu sonrisa estaba sobre la mía y viceversa, de que tu mirada dulce se mezclaba con mis amargas pupilas, de que tu piel se fundía con la mía y ambos reíamos sin mirar a ninguna parte y sentíamos el alma llena de placer. Entonces nos dimos cuenta de que en el abrazo, la foto salió movida, pero ninguno de los dos quiso cambiarla.
:)
ResponderEliminarCuando hace unos días me pasé por el blog de Calle Numen, vi que había un blog que se llamaba ÍTACA. Pensé: "¡Dios! ¿Quién le habrá puesto Ítaca a su blog?" Así que entré, y me gustó mucho lo que vi, como te habrás dado cuenta. :)
ResponderEliminarDespués me dijiste que te llamas Álvaro, y pensé que quizá eras tú.
Llevo tres semanas yendo a los recitales de Ítaca, y me encantan. El sitio y lo que se hace en él. ¿A que es muy poético, muy bohemio? ¿Muy diferente a lo que el mundo está acostumbrado?
Son necesarios más sitios así.
Es todo un honor para mí que me pidas que lea. Lo haré. Pero, ¿tengo que mandarte lo que voy a leer por el email, o simplemente te digo mi nombre y eso? jajaja Es extraño!! :)
PD: Álvaro, no me parece ninguna tontería. A mí me ha pasado muchas veces. Y me alegro mucho de que esa sonrisa te ayudara: la puse porque en verdad me la dibujaste. Como ahora.
María