"Aprender la levedad del pájaro."

lunes, 2 de mayo de 2011

Porque tú miras el mundo como lo mira un niño, con inocencia, buscando en él la magia perdida en las advertencias de las autoridades adultas. Porque ves en él belleza, aunque ahora se te resista, ves en sus cuadros, su música, en cada calle, hermosura, poesía, porque deberías seguir viéndolo así, seguir escribiendo cuentos, que otros niños puedan leer, que sonrían al leerlos porque tienes una forma tan sincera, tan natural y dulce de contarlos. Seguir escribiendo la poesía que enamore los ojos románticos de otros poetas que envidien a tus manos por su forma de escribir, historias, divagaciones, sentimientos, sacar afuera todo lo que tu alma guarda y que ahora le ahoga, sacarlo a fuera, que vea la luz y por fin te desahogues, sonrías como antaño, como el veinticinco o el veintiocho de aquellos meses que tanta felicidad nos han dado, porque tu forma de mirar el mundo enamora a mis manos, a mi alma, que te envidia porque sólo tú saber ver ciertas cosas, captar ciertos detalles..

Nunca cierres los ojos al mundo ni a los sueños, soñadora, marinera, nunca cierres esa mirada color miel, esos ojos grandes, en los que uno puede sentirse nube, paz, ya sabes, abismo, espiral dulze y dulze caos si es contigo.

Huyamos, en el peor de los casos huyamos, enséñame a ver el mundo como tú lo ves, escríbeme cuentos en el alma, poesía en el cuerpo, divagaciones en la boca, vuelve, soñadora, a entintar papeles y provocar sonrisas en rostros ajenos, a regalar papeles en las paradas de autobús.

Vuelve a ti el color, Anna, que Otto echa de menos tu azul.

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