Tenemos al menos, el derecho a imaginar.
ver/oír/callar
todo enmascarado en la mejor mentira. Los ojos son una ventana de la cárcel donde el alma mira.
Y sólo un dolor que se convierte en miedo me lleva a la hipótesis de un alma y corazón unidos en pos de mi operación de menisco. Quizá sean mis pulmones negros los que me roban el aire a veces, como en Logroño, como anteayer. Es droga igual, pero droga hermosa, paradisíaca sensación alejada de la evasión que crees, es más por lo que es, por los tiros y cómo se consume, cómo te va distrayendo poco a poco y te alejas, tan placenteramente pero qué quieres, qué quieres, es eso o la tontería universal.
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