"Aprender la levedad del pájaro."

sábado, 25 de diciembre de 2010

Nothing is real

A la hora de la partida, siempre hablan las lágrimas en favor de nuestro enmudecimiento, el brillo de los ojos, un aviso antes de caer suicidas contra el abismo del rostro. A la hora de la partida, lo cotidiano es dejar escapar un suspiro de tristeza y coger tu maleta llena de nostalgias porque el tren se marcha y ves como ese rostro que te despide lacrimal es tan solo una sombra ya y ya no tiene mayor importancia que la que tu das a tus recuerdos, por lo que ya no tiene mayor importancia que la de sus besos, vuestros insomnios, vuestros largos paseos por el sur del sentimiento y el norte del alma.

Ya no hay nada, ni caricias, ni poesía. Tan solo queda ya un invierno del que habrá que salir endurecido, desmejorado pero endurecido, tan solo queda ya lamer las heridas, secar la sangre y evitar nuevas aperturas, coser bien la cicatriz, mimarla, cuidarla para que se mantenga cerrada y no desate un ataque de perdición solitaria en una hermosa primavera.

Solo-queda-el-consuelo

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