"Aprender la levedad del pájaro."

jueves, 17 de marzo de 2011

A día gris

Hasta el mismísimo diablo quiso hablar conmigo anoche, pero no me interesan sus ofertas, quiso cambiar su alma por la mirada de miel, pero no sabe que un kamikaze nunca se despega de su última palabra, de su último grito, de aquel sueño como paracaídas, del azul del cielo en mis ojos verdes.

Porque esa miel no acepta grisáceos maletines carceleros, ni corbatas ejecutoras, ni comparte opiniones con quien quiera comprarla, porque esa miel está hecha para observar las cosas sencillas, sobrevivir como yo a base de sencillez, alimentarnos el alma con los instantes más minúsculos, rompernos los ojos si alguna vez valoramos más el brillo de una moneda que el de nuestras miradas al conversar.

Que el espejo no solo está para reflejar actos hermosos, palabras bonitas, que el espejo también existe para devolver la calma, darme voz o recomponer los trozos que mi alma siempre pega de forma mediocre y que ella sabe hacer brotar con un conjuro, su carta de presentación, mi sueño.

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